HIPOCALCEMIA O «FIEBRE DE LA LECHE»

La fiebre de leche también conocida como “hipocalcemia es una enfermedad que afecta a las vacas a causa de una deficiencia de calcio en sangre ya que sufren un gran desequilibrio de este mineral debido a la demanda del mismo que surge para la formación de calostro y leche.

La mayoría de las veces la fiebre de leche se da en vacas de alta producción lechera y cuando son vacas adultas, sobre todo a partir del tercer parto. Por lo general se desarrolla dentro de las 24 horas posteriores al parto; en menor medida entre las 24 y 48 horas y en algunas ocaciones durante el parto, combinada en este último caso casi siempre con distocias.

SINTOMAS. La hipocalcemia subclínica puede no presentar síntomas y pasar inadvertida, pero la hipocalcemia clínica, en cambio, se puede detectar por la falta de movimiento, de apetito, presencia de temblores musculares, hipotermia, caída del animal, retención de orina y materia fecal. El animal se ve muy deprimido y con las extremidades muy frías, llega a bajar hasta 2 ºC su temperatura corporal. Ya cuando se encuentra en una etapa muy difícil, se echa lateralmente hasta que ya no se puede levantar y si no es tratado a tiempo puede morir por una insuficiencia respiratoria.

CONSECUENCIAS. En la lactancia siguiente de una vaca que sufrió fiebre de la leche, su producción disminuye en promedio cerca de un 14% respecto de la anterior, registrándose en el rodeo afectado una mayor incidencia de cetosis, retenciones placentarias, anorexia y prolapsos, en algunos casos puede producir hasta muerte de los animales.

PREVENCIÓN.  Se manipulan las dietas, tratando en posible que en el período sin lactancia, previo al parto, las vacas consuman la menor cantidad de calcio posible, evitando las sales minerales que contengan calcio. De esta manera se exige al organismo que todo su sistema hormonal este trabajando activamente, de tal manera que al momento del parto, en donde se requiere movilizar una gran cantidad de calcio, este sistema hormonal responda rápida y eficientemente. Para mantener un control profiláctico, una de las prácticas más fáciles de aplicar es agregar sales aniónicas a la dieta (sulfato de calcio, sulfato de magnesio, sulfato de amonio, cloruro de amonio y cloruro de calcio). 

Otra alternativa es inocular  a las vacas con vitamina D antes del parto (en un momento específico determinado por el veterinario) para favorecer la movilización del calcio.

TRATAMIENTO. Se recomienda que el tratamiento se aplique desde que se observan las primeras etapas de los signos clínicos para evitar que la vaca se caiga y logre salir adelante más rápidamente.

Para tratar animales hipocalcémicos se administra una solución de calcio por via endovenosa, esto debe realizarse en forma lenta (mínimo 10 minutos para 500 ml) y cuidadosa (a temperatura corporal), debido a que cuanto más grave es el cuadro de hipocalcemia, mayores son los efectos cardiotóxicos secundarios a la administración de calcio.